lunes, 11 de julio de 2011

Q.E.P.D.

Querida amiga... quiero agradecerte por todos esos momentos que pasamos juntos, tantas risas, tantas lágrimas... siempre estuviste allí para apoyarme y soportar mis quejar acerca de la vida, a pesar de nuestra corta edad, había pasado por tantas cosas, y tú eras la única en quien confiaba... no había otra persona en quien cosechara confianza... pues, una vez mas, gracias, pero...porque provocaste que las lágrimas caigan?

Ahora que no estas... no lo sé... no sabes cuanto te extraño, quiero que vuelvas a estar aquí entre los que dependemos del aire, quiero que me veas sonreír y que veas como soy feliz con una persona a quien amo de verdad.
Recuerdas cuando me hablabas de nuestro futuro? jaja, tan pequeña y con tanto ingenio... yo me recuerdo perfectamente de cada una de tus palabras... tú querías ser médica, y yo quería ser ingeniero pero a la vez músico... y es cierto, siempre me gustó como ejecutabas el violín, sonaba tan hermoso, y te veías tan bien con uno... jaja, cada cosa... quieres recordar mas?
recuerdas esa vez que estábamos caminando de vuelta del conservatorio, y tu campera se atascó e un pilar? lo que provocó que cayeras, era algo de mal gusto, pero me reí demasiado, y me miraste con una cara de molesta, luego te pedí perdón y me abrazaste, luego me pediste que te sacuda y yo, como bueno "hermano" (así me decías) pues cumplí con tu deseo (:
también recuerdo esa ocasión en que estábamos en tu casa, tu hermanito molestaba mucho y nos inventaba historia sobre que tuviéramos una relación mas allá de una amistad, todo era gracioso, hasta que me dijiste que lo que sentías por mí era mas que una amistad... ni yo mismo puedo expresar con palabras los nervios que sentía.
pero de todo lo que pasamos, el mejor momento fue cuando nos conocimos... si, en la escalera del antiguo edificio donde dábamos clase de Teoría y Solfeo... ya no quiero relatar esta parte, pues creo que no resistiré las lágrimas...
Pero en estos momentos yo sólo me pregunto... porque te fuiste? cual era la necesidad de que nos dejes a todos? acaso solucionaste algo? lo único que has causado es un hoyo en mi corazón... te extraño, me gustaría tanto que vuelvas a estar  a mi lado...

PORQUE LO HICISTE? NO TENIAS MOTIVO ALGUNO!


Tal vez sonará ridículo, pero Andrea, vuelve...

martes, 5 de abril de 2011

Molino ·

Luego de huir de España debido a las inclementes luchas entre clanes me encierro en el castillo de Marroquín entre la ciudad capital y seis pequeñas poblaciones. Corre 1943, la noche fría, las sombras danzan al ritmo del viento que golpea los ventanales, las tinieblas se cuelan incluso en los rincones, es una noche maravillosa que trae a mi memoria la nostalgia de Europa.

       Súbitamente alguien golpea y siento el retumbar del viejo aldabón en mi cabeza, presiento que es el viejo del molino de Yerbabuena, ¿en la madrugada? Que extraño... hace tiempo que quiere comprar esta propiedad, es algo huraño y misterioso. Las pocas veces que hemos conversado han sido suficientes para desconfiar de él.

       Desciendo la escalera de caracol y abro la puerta, el viejo está de espaldas, saluda cordialmente, gira lentamente, sus ojos están medio cerrados como temiendo la muerte, no imagino el porqué. Trae bajo su ruana una botella de vino rojo que ofrece amigablemente, lo invito a seguir y él acepta, camina lentamente y se sienta en la mesa mientras traigo las copas.

       De repente, sin aviso... saca dentro de su pantalón un machete, se abalanza con furia sobre mí pero logro esquivarlo y corro hacia la cocina donde lo espero sobre el dintel de la puerta, pasa sigilosamente el viejo mientras yo me descuelgo muy despacio tras de él y me preparo para clavar mis afilados colmillos. De un voraz mordisco le arranco parte de su cuello, que patético cuadro, que asqueroso, sangre de viejo. Yo, la criatura mas perfecta de la naturaleza manchado con sangre vieja.
       

 Mientras él se retuerce como un gusano y sus convulsiones cesan, lentamente me dirijo al baño donde me limpio con agua pura y cristalina, quería alejarme un tiempo del ruido de la sangre pero él me ha obligado.

       Salgo y camino entre la bruma de la noche, el viento como compañero empuja mi hombro y hace más veloz mi paso, diviso el molino bajo el manto oscuro de la noche. Atravieso la pequeña quebrada y llego a una de las ventanas, su pelo negro liso y brillante, la hija mayor del viejo que seguramente ahora está pudriéndose en el infierno. Me escurro en la habitación tibia, con un movimiento de mi mano hago ceder las cobijas de lana que cubren su bello cuerpo, un camisón blanco deja entrever su delicado rostro pálido, un sueño sonroja sus mejillas, y yo, me acerco para beber su sangre... una vez mas; mientras espero el día en que llegue mi hora de volver al fondo del abismo.

By: Daniel Achucarro